Nuevo capitulo + regalo

Hola, os traigo un nuevo capitulo junto un regalo de Alina del blog cuando acabas. No lo he podido colgar antes por que no tuve tiempo pero gracias Alina por este precioso regalo. Respecto al capitulo me gustaria comentar que es diferente creo que es mejor que el dos.Es bastante largo pero no he querido partirlo en dos porque es mejor ponerlo de golpe. Espero que os guste:

Capitulo 3: contigo para siempre.

Des del incidente del ladrón, no habíamos vuelto a hablarnos. No es que yo no quisiera, pero nunca encontraba la manera de darle las gracias. Me sentía culpable, por todo. Y es que aunque no quería reconocerlo, él me había salvado la vida. Además había confiado en mi indefinidamente.  ¿Y si hubiera sido una broma? Podría haberlo engañado y él se la habría cargado. Después de lo que paso eso me parecía poco. Era algo…confuso.

Se acercaban las vacaciones de invierno, y todos estábamos muy nerviosos. Las vacaciones de invierno significaban navidad, y navidad Nochebuena. Y en Nochebuena venia toda mi familia (y es enorme) a cenar. Teníamos muchísimo trabajo porque al vivir en un piso tan pequeño como el nuestro era difícil traer a cenar a 13 personas.  Estaban: el tío Esteban, tía Margaret, mis primos Joel y Chris, la otra tía Pati, la tía Hortensia, el tío Miguel, mi prima Shopia   , y mi ultima tía Raquel. Y por ultimo mis abuelos: Iñaqui, María, Pablo y Carmen.

Además como en la escuela era la época de los exámenes finales, terminaba agotada. Esos días no tenia ni tiempo de comer, con la montaña de deberes que tenia… A veces cuando volvía del instituto el camino se me hacia interminable. Hacia tanto frio que a veces tenia que parar en algún  restaurante para calentarme.  En las frías tardes de invierno nadie se atrevía a salir a la calle ni siquiera para ir a comprar. Mi madre no me podía ir a buscar a l'instituto porque a causa de su horario no llegaba hasta la noche. Mi padre tampoco tenia esa suerte y llegaba a casa un poco más tarde que ella. Así que Sarah y yo nos vimos obligadas a volver andando o en bici des de la escuela. No es que fuera una tortura no pero con el frio que hacia… Las calles estaban recubiertas de una fina capa de hielo. Eran bonitas en esa época del año, sobretodo cuando nevaba. Era precioso cuando se cubrían de pequeños copos de nieve, blancos y brillantes, a veces los más valientes salían a hacer un muñeco de nieve o para tirarse bolas. Era muy divertido, algún día Lena y yo habíamos ido a jugar pero de eso hacia ya siglos. Me encantaba ver caer delicadamente los copos de nieve a través de mi ventana, era muy  bonitos. Como las calles se iban cubriendo cada vez más de un tono blanquecino precioso, como Sarah y yo nos tomábamos un buenísimo chocolate caliente mientras mi madre veía en la tele un programa de cocina navideño. Esos recuerdos de los días de invierno eran los que quería conservar.

Iban pasando los días y cada vez hacia más y más frio. Un día de repente, empezó a nevar. Yo estaba en casa en el ordenador cuando Lena me llamo. Me dijo que fuera estaba nevando. Y así era. Caían unos cuantos copos de nieve. Eran pequeñitos pero aun así, me hizo muchísima ilusión. Me quede mirando por la ventana más de media hora, estaba sorprendida mirando ese espectáculo cuando en la habitación de delante vislumbre una luz seguida de un movimiento. Después vi a Erik haciendo lo mismo que yo, también le gustaba el espectáculo. Entonces me di cuenta de que era guapísimo, antes había creído que era guapo pero bajo la escasa luz blanca que se filtraba estaba muy bueno. Él pareció también fijarse en mi porque segundos después abrió la ventana. Me pidió que hiciera lo mismo.

-          Hola, cuanto tiempo eh…- dijo el con voz algo apagada

-          Si verdad…- tartamudee yo, ese era el momento así que le solté- oye… gracias por llamar a la policía, me has salvado la vida. Pero… tengo que preguntarte algo. ¿Por qué confiaste en mi? Podía haberte hecho una broma.

-          Ya pero tu no tienes cara de ser  mentirosa. Tu pareces una persona sincera y agradable de verdad.

Me puse roja como un tomate, me estaba muriendo de vergüenza. Quería decirle que él también era agradable y además era guapo pero tenia miedo de que las palabras que soltaría no serian esas precisamente. Por suerte fue él quien empezó a hablar:

-          Una cosa, respecto a lo de esa noche, no era mi intención herir tus sentimientos. Es que me pongo un poco nervioso cuando estoy hablo con  una chica guapa.

En ese momento creí que nunca volvería a ver mi color de piel original. Había pasado del rojo al morado y creí que mi cabeza iba a estallar. Sentí mariposas revoloteando en mi estomago, y creí que me moría.

-          Gracias- fue lo único que pude decir, tenia la boca seca y no podía hablar.

-          De nada, ahora ya pedido disculpas, por que no me cuentas algo de ti. Casi no se nada.

-          Bueno- sorprendida de haber podido hablar- no se. Voy al instituto de aquí, vivo aquí y soy de aquí.

Para mi sorpresa soltó una enorme carcajada. Era adorable. Entonces me di cuenta de que me estaba empezando a enamorar, era imposible. No me había gustado un chico de esa manera desde primaria. Cuando corte con Alex, mi ex novio. Le quería mucho pero me rompió el corazón. Des de ese día me había creado una fortaleza a prueba de chicos. Intentaba que ningún chico la atravesara pero Erik por el contrario la estaba rompiendo.

Un sonido brusco interrumpió mis pensamientos.

-          Erik, lo siento, tengo que irme- yo no quería irme pero me estaban llamando a gritos- hablamos más tarde.

-          Vale, adiós- cuando lo dijo casi percibí un deje de decepción en su tono.

Cerré la ventana y fui hasta la cocina. Mi madre estaba preparando sus famosos macarrones a la boloñesa.

-          Anna por favor me harías el favor de poner la mesa para comer.

-          Claro mama…- conteste yo con tono cansino ya yéndome de la cocina.

-          Espera un momento Anna, tengo que decirte una cosa.

-          ¿Qué pasa?

-          Bueno, este fin de semanas ya sabes que viene la familia a comer ¿verdad?

-          Como olvidarlo- dije en tono sarcástico.

-          Pues resulta que la tía Raquel no puede venir. Le ha surgido un contratiempo y pensaba que como nos sobrara comida ¿por que no invitas a Lena a cenar?

Fue la idea más maravillosa que me hubieran podido anunciar. Mi familia celebraba Nochebuena dos días antes porque mis tíos eran algo especiales así que Lena no podía tener ningún problema. Y corriendo fui a descolgar el teléfono para llamarla.